viernes, 29 de junio de 2012

Escritora pensante del mes: Selma Lagerlöf


Mientras más miro las fotos de Selma Lagerlöf que encuentro en la red, más misteriosa e interesante encuentro su sonrisa. Parece estar pensando en algo ingenioso y bondadoso a la vez. Mira como quien tiene un secreto pícaro y tierno y se piensa si contárnoslo o no.
Gracias al proyecto Gutenberg  y a un vago recuerdo de unos dibujos animados vistos en la niñez, he empezado a leer "El maravilloso viaje de Nils Holgersson"... ¡qué maravilla!
Es cierto que el lector adulto se da cuenta rápido de que el libro parece escrito a posta para venderle la geografía sueca a los niños, y en efecto lo está, pero cuela igual. Desde que lo estoy leyendo me paso el día en internet mirando mapas de Suecia, viendo por donde van pasando Nils y los gansos salvajes de camino a Laponia, y soñando con viajar yo también por allí, si pudiera ser, en bici, para ir despacito, despacito apreciando todos los detalles y los cambios de paisaje... algún día sacaré tiempo y organización.
Me encantan además los libros para niños que no son ñoños, que tienen sus cosas tristes, sus cosas alegres, sus partes ingeniosas y su parte poética también. Hay unos párrafos en los que Nils mira al horizonte y ve como se encuentra el mar con la tierra en la costa, y es tan romántico, tan bonito, pero sin ser cursi, que resulta muy conmovedor... ¡qué gusto salir de las simplonerías y edulcoramientos que pueblan los libros y películas producidos en masa para niños!
Y leer algo así, bello e inteligente, me ha hecho intentar saber más de quien lo escribió. Voy a wikipedia y me encuentro con la biografía de este pedazo de mujer: viajera, intelectual, feminista, primera escritora en ganar el nobel de literatura... y todo esto a finales del XIX y principios del siglo XX.
Y vuelvo a mirar su foto y lo encuentro todo en su sonrisa, y en sus ojos. Y me siento muy contenta de todavía estar leyendola y descubriéndola por primera vez.

martes, 26 de junio de 2012

It's a girl thing?

¿Por qué alguien pensó que un vídeo mostrando a chicas con tacones, pintalabios, abracitos y risitas era la mejor forma de atraer a las chicas a la ciencia?
¿Es la ciencia una cosa de chicas o una cosa de personas?
¿Las chicas científicas que estáis ahí fuera, por qué lo sois? ¿qué os atrajo? ¿qué queríais ser de mayores?
Durante mi infancia y adolescencia yo alterné varias y variadas vocaciones, que iban rotando... Quería ser escritora, también quería ser científico loco, durante una época algo más romántica y breve quise ser concertista de violonchelo pelirroja, y también arqueóloga a lo Indiana Jones...
Algo más mayor me encantaban los libros de naturalistas, entonces quería ser como Gerald Durrell o como Konrad Lorenz, o como Jane Goodall  y estar rodeada de animales y bichos variados, conseguir esa comunicación, esa amistad con la naturaleza que ellos parecían haber encontrado.
Y si remiro todo esto, me doy cuenta de que no pensaba en términos de hombre mujer, sino de persona. Me gustaba la idea de ser naturalista, arqueóloga, científico loco, escritora, porque eran ocupaciones que rezumaban independencia, inteligencia, curiosidad, capacidad de observación y sorpresa, viajes, sueños, conocer personas interesantes, observación del mundo, pasión... ¡Qué me importaba a mí si había que pintarse los labios o no!
¿Y cómo conocía yo a esta gente que me atrajo a la ciencia? mi padre me dio libros para leer, había dibujos animado en la tele sobre el funcionamiento del cuerpo, programas de ciencia y medicina que eran interesantes, y nunca pensé que un modelo masculino no podía ser inspirador para mí, ¿porqué no iba a poder ser yo Indiana Jones? ¿es qué una chica no puede estudiar, hablar idiomas, descifrar códigos, pilotar avionetas, manejar un látigo? (jejeje)

En fin, no divaguemos más. Chicas que queráis ser científicas, ánimo. No es necesario ponerse tacones de vértigo ni pintarse los labios, pero podéis hacerlo si queréis. No tiene nada que ver...

Aquí os dejo un vídeo creado con mi Barbú en el que intentamos mostrar lo que sentimos a cerca de la campaña


jueves, 21 de junio de 2012

Soy abuelense


Eso dice El Barbú, porque siendo relativamente jóven me gusta quedarme en casa, leer con un café con leche, tejer y hacer ganchillo y porque tengo unas zapatillas de caminar de jubilada...

Qué le vamos a hacer, hay gente que siempre es jóven en el corazón, pues yo soy siempre abuelense, abuelense forever.

jueves, 14 de junio de 2012

Pan pan, parapa pan pan pan etc.

Estoy haciendo pan.

Cuando hago pan, esta música suena en mi cabeza, soy así de simple, pienso, pan pan, parapa pan pan pan parapara pa pan, etc. y me río sola.
Como por el momento no me parece grave, vamos a dejarlo estar.

Hago pan desde hace tiempo. Antes me adentraba a menudo en el azaroso mundo del pan con masa madre. Pero tras tener que desacerme de los cuerpos inertes de varias masas madres que fenecieron en mi frigo, he decidido aceptar que lo que no se puede por el momento no se puede y rendirme a la masa con levadura tonta normal, que bueno, tampoco está tan mal.

Aquí va la receta de una masa simple pero que sale, que no es poco.
Primero los ingredientes:


Y ahora el proceso:

-Se desmigaja la levadura en la harina y se mezcla con el agua y la sal en un bol grandote.
-Se amasa todo dentro del bol hasta que se empiece a despegar de las paredes (un par de minutos). La masa es algo pegajosa, mejor remangarse* bien. (* Acabo de buscar REMANGARSE en el diccionario de la RAE y ¡no existe!, señores académicos, he aquí una grave laguna en su diccionario).
-Se amasa después en una superficie plana unos 5 o 10 minutillos, mejor con música, que así parece además que estamos haciendo ejercicio.
-Se deja dormir tapada con un paño una horita.
-Tras la siesta se divide en 8 trozos, pero sin aplastujarla mucho, para no perder burbujas.
-Cada uno de estos trozos se estira un poco con la mano y se pliega como una carta. Así obtenemos 8 barritas de pan.
-Las ponemos sobre un papel de horno en la bandeja, y las dejamos crecer otra hora tapadas con un paño.
-Se precalienta el horno a 225-250ºC y, justo antes de meter las barritas en el horno les hacemos dos cortes con un cuchillo afilado. Parece cruel, pero es necesario.
-Se cuecen unos 10 o 12 minutos.

Estas cosas  enfrían mejor en una rejilla, si no quedan un poco sudadas por abajo, pero tampoco es cuestión de vida o muerte, si no hay rejilla, pues sin rejilla.
Asi que bueno, en total se tarda un rato, unas buenas 3 horas, pero el tiempo de trabajo en realidad es poco, y el resultado es rico.

Este pan, por ejemplo, pienso comérmelo con una ensalada de tomate con cebolla y con un humus que hice ayer.

¡Qué aproveche!

lunes, 11 de junio de 2012

Mi manualidad del momento: Tigrete


Ya está, he terminado de diseñar el tigrete de punto que voy a hacer.

Es a la vez un muñequito y una funda para un saquito relleno de huesos de cereza.

Estos saquitos se usan mucho en Austria para calmar los gases de los bebés, entre otras cosas, también los dolores de regla o cualquier cosa a la que le venga bien un poco de calorcito.

Se meten en el microondas o en el horno un ratito y ala. Además huelen como a madera y hace un ruido gracioso.

Lo de la funda me lo he sacado yo de la manga, pero es que creo que la lana los mantiene más tiempo calientes y además los hace como más abrazables, qué se yo.

Además es una buena excusa para tejer. ¡Me pongo manos a la obra!

sábado, 9 de junio de 2012

Lo desconocemos casi todo acerca de las lavadoras



A la lavadora no le sienta bien la ropa. Lo tengo comprobado.

Se la doy de comer con toda buena voluntad, y se la meto en la boca y se deja, no me la escupe de vuelta ni nada.

Le cierro la puertecita y ella le da vueltas, la ensaliva, lo intenta, la pobre.

Como preveo que le puede sentar mal, le doy también una pastilla con la que hace espuma, una especie de sal de fruta, pero no parece ayudar mucho.

Tras horas de intentar digerir aquello, y sobre todo tras una dura lucha final en la que lo intenta con todas sus fuerzas, se para. Cuando le abro la puerta otra vez, allí está toda la ropa. No se ha tragado nada, como mucho un calcetín...

Esto me hace pensar que quizá no sepamos nada sobre la dieta de las lavadoras. Sospecho que el lavavajillas tampoco se alimenta de vajilla.

Tenemos mucho que aprender todavía.