sábado, 9 de junio de 2012

Lo desconocemos casi todo acerca de las lavadoras



A la lavadora no le sienta bien la ropa. Lo tengo comprobado.

Se la doy de comer con toda buena voluntad, y se la meto en la boca y se deja, no me la escupe de vuelta ni nada.

Le cierro la puertecita y ella le da vueltas, la ensaliva, lo intenta, la pobre.

Como preveo que le puede sentar mal, le doy también una pastilla con la que hace espuma, una especie de sal de fruta, pero no parece ayudar mucho.

Tras horas de intentar digerir aquello, y sobre todo tras una dura lucha final en la que lo intenta con todas sus fuerzas, se para. Cuando le abro la puerta otra vez, allí está toda la ropa. No se ha tragado nada, como mucho un calcetín...

Esto me hace pensar que quizá no sepamos nada sobre la dieta de las lavadoras. Sospecho que el lavavajillas tampoco se alimenta de vajilla.

Tenemos mucho que aprender todavía.

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